A lo largo de la historia se han presentado muchos casos en los que los padres biológicos no asumen sus responsabilidades y abandonan a sus bebés. A causa de ello, los dejan a la deriva en los basureros, los callejones o las puertas de otras casas.
Edith, una mujer paraguaya, presenció un acto de esos cuando tenía 27 años. Pues, un día al salir de su casa encontró que alguien había dejado a un bebé envuelto entre unas mantas.
En ese momento ella decidió brindarle la mejor de las ayudas. Por esa razón, a pesar de los temores que la invadían por vivir una nueva etapa, tuvo la valentía de adoptarlo y convertirse en una madre amorosa.
Además, en ese mismo instante decidió llevarlo a donde un médico para que le brindara la atención necesaria. Ahí mejoraron el estado del bebé y descubrieron que tan solo tenía 3 días de nacido.
Edith se encargó de criar al niño con todo el cariño del mundo y atender de la mejor manera todas sus necesidades. De esa manera, lo sacó adelante sin que nada le llegara a faltar.
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El comienzo del cuestionamiento
David Decoud, tal como fue nombrado el varón, creció feliz junto a su entorno familiar. Sin embargo, en el colegio fue el blanco de las burlas, pues le decían que era adoptado porque tenía la tez más morena que sus padres.
A raíz de ese suceso, un día después de salir de clases David le preguntó a Edith si ella era su mamá biológica. No obstante, ella le indicó que lo vio en un hospital y sintió que iba a ser su compañía ideal para el resto de la vida.
Así, David creció sin ponerle cuidado a los múltiples comentarios que pudieran emitir contra él y su familia. Asimismo, el apoyo incondicional y su esfuerzo personal lo llevaron a convertirse en un gran ingeniero de sonido.
Sin embargo, la historia real nunca se quedó en incógnito. Esto debido a que cuando David tenía 27 años tuvo una conversación con uno de sus tíos y él le contó que Edith lo había rescatado de las calles.
Esa revelación hizo que David acrecentara el amor por su madre, pues reconoce que le salvó la vida. Debido a ello, a sus 44 años sigue disfrutando junto a ella y manifiesta que es su motivación más grande para salir adelante.
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Reflexión final
Una madre adoptiva es una bendición para los niños porque les brinda la posibilidad de vivir, salir adelante y estar rodeados de un amor sincero e incondicional.
La adopción de un bebé demuestran su gran corazón e interés por brindarle lo mejor a los demás. Pues, se la juegan toda por el que más lo necesita y están dispuestas a sacrificar todo para hacerlos felices.
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