Philippe d'Ornano (París, 1964) lleva con orgullo el legado de su familia y se aprecia en cada una de sus palabras. Heredero de una dinastía dedicada al arte de la belleza desde hace más de 100 años, ha sabido cómo mantener a la perfección la esencia única de Sisley, firma que fundaron sus padres en 1975, sin dejar a un lado la innovación.
Su apellido es sinónimo de compromiso con la calidad, sentido de la responsabilidad y defensa de la sostenibilidad. En sus manos, el mundo del lujo se transforma con una de las marcas líderes en el sector de la belleza, elegida por las clientas más exigentes, esas que buscan productos muy específicos y resultados contrastados.
Los orígenes de Sisley
«No me gusta hablar de lujo –mantiene d'Ornano–, porque ese concepto suele estar asociado a precios elevados, y a nosotros lo que nos mueve es la calidad». Esa filosofía con la que Isabelle y Hubert d'Ornano, sus padres,fundaron la maison, sigue intacta a largo del tiempo y se centra en apoyarse en los avances tecnológicos, aprovechando los recursos extraídos de las plantas y de sus aceites esenciales para ofrecer productos de belleza innovadores y de máxima eficacia.
Primero, estudian cuáles son las plantas idóneas para cada necesidad; y posteriormente buscan alrededor del mundo dónde se cultivan en las mejores condiciones para recogerlas en el momento justo en el que los principios activos se encuentran en las condiciones óptimas.
«En los inicios de Sisley se comprobó que esos principios, utilizados en la concentración correcta, permitían la creación de toda una nueva generación de productos cosméticos».
Innovadores por naturaleza
Pero Philippe d'Ornano no es hombre de quedarse en el pasado: «Tenemos claro que conseguir el éxito a largo plazo pasa por alcanzar una altísima calidad de los productos; y para eso hay que trabajar estrechamente con tu equipo de investigación, apostar por algo que realmente marca una diferencia en el mercado. Fuimos pioneros en fitocosmética y, aunque la industria ha cambiado por completo en 50 años y todo el mundo incluye ahora ese concepto en sus formulaciones, tenemos la ventaja de conocer muy bien las plantas y aceites esenciales. Los utilizamos antes que nadie, conocemos perfectamente cuál es su concentración óptima y seguimos investigando sin parar. Por eso sé que nuestra tecnología es una de las más eficientes».
Para este empresario enamorado de su trabajo, «el consumo del lujo plantea desafíos constantes porque cambia sin parar. Y el gran reto es manejar el crecimiento de la empresa. Mantener la reactividad y el amor por los proyectos como empresa familiar que somos.
Existe auténtica pasión en la creación detrás de cada nuevo lanzamiento e intentamos que todos los trabajadores también la sientan. En el sector cosmético tienes que innovar constantemente y crear una reputación de marca e imagen en cada país. Conlleva una enorme cantidad de trabajo a todos los niveles».
España como segundo hogar
Sisley mantiene una intensa relación con España desde sus orígenes. Un amor incondicional inculcado en su casa desde que nació. «Mi madre era una refugiada de Polonia y España la acogió a ella y a su familia cuando tenía dos años. Además, tenemos fuertes conexiones españolas en toda mi familia; por ejemplo, mi tío y mi hermana, que están casados con españoles. Es por todo eso que algunos de los perfumes de la marca están inspirados en vuestro país», dice d'Ornano.
Por ejemplo, detrás de una de sus fragancias emblemáticas, Eau du Soir, que surge de un recuerdo de su madre: «Un olor envolvente, creado a través de una nota muy elegante y característica que desprenden los jardines del Alcázar de Sevilla al caer la noche, basado en la lila».
FUENTE: MujerHoy