Nuestra mirada dice mucho más de nosotros de lo que creemos. Con 27 músculos involucrados en el movimiento y una piel muy fina, se trata de una de las zonas en las que primero se acusa el envejecimiento. A las arrugas o patas de gallo , se unen también las ojeras y las bolsas, que pueden tener predisposición genética, pero que también pueden estar relacionadas con el cansancio o con una mala alimentación.
Pero ¿ cómo podemos identificarlas y saber de qué tipo son? Es importante el asesoramiento de expertos para saber cómo reducir su aspecto y dar a la mirada luminosidad, eliminando el aspecto cansado y un envejecimiento que quizás no está vinculado al resto del rostro . La cirujana plástica y estética Elena Jiménez, directora médica de Eleca Clinic, las expertas de la Clínica Mira + Cueto y el equipo de profesionales de la Clínica Ityos nos dan las claves.
En primer lugar, debemos de conocer cómo es la piel de la zona. Las expertas de Mira + Cueto destacan que «la piel de los párpados y el contorno de ojos es la piel más delicada de la cara». Añaden que «tiene como característica fundamental ser extremadamente fina y frágil. También contiene menos glándulas sebáceas y sudoríparas, fibras de colágenos menos densas y una circulación más débil, que predispone edema en la zona». Concluyen que «por estas características es una piel que se deshidrata y arruga con mucha facilidad».
Tipos de ojeras
Las ojeras principalmente se asocian al cansancio, pero no tiene por qué ser la única razón por la que las tenemos. La doctora Elena Jiménez explica que «cuando hablamos de ojeras, podemos considerar cuatro tipos». ¿Cuáles serían? La experta considera «las ojeras transitorias de cansancio, las ojeras que se instauran por presencia de bolsas de grasa, las ojeras que podemos llamar azuladas o vasculares y las ojeras que van apareciendo con la edad en aquellos pacientes en los que se produce un hundimiento, que son aquellas en las que se marca mucho un ligamento. Las de hundimiento también se pueden llamar ojeras de envejecimiento».
Los expertos de la Clínica Ityos matizan y destacan que las ojeras que son pigmentadas «se deben a un exceso de melanina, lo que les confiere esa coloración marrón tan característica». Mientras, que en el caso de las ojeras vasculares «se originan por la dilatación de los pequeños vasos sanguíneos de la zona, siendo estas de una coloración azulada o violácea».
Añaden desde Mira + Cueto que existen una serie de factores que pueden influir en su aparición. Las profesionales consideran que pueden estar combinados o no. En el caso de las ojeras moradas explican que «están causadas por la mala circulación de la zona y también por el hecho de que la piel del párpado es muy fina (transparenta las venitas y los músculos que están por debajo, dejando este color violáceo evidente)». En el caso de las que son marrones o negras, explican que «son típicas de pieles étnicas y fototipos altos, pueden ser constitucionales y también agravadas por la mala circulación de la zona».
Por último, aquellas que son de surcos profundos, que destacan que «son causadas por la pérdida de soportes profundos de la cara, principalmente de la zona de los pómulos y periocular». Esto se debe a que «al disminuir el soporte óseo y graso que hay debajo de la piel, algunos ligamentos que ligan la piel al hueso se tornan más evidentes, pronunciando ciertos surcos en la cara». Desde Mira + Cueto consideran que «es lo que ocurre en el caso de ojeras con surcos muy profundos. Si hay bolsas muy grandes, estas también pueden hacer el surco más evidente».
Tipos de bolsas
Las bolsas son diferentes a las ojeras, aunque es posible que tengamos ambas. La doctora Elena Jiménez destaca que «dentro de las ojeras van a existir aquellas ojeras con bolsa que protruye hacia fuera generalmente la grasa».
Conociendo esto, existen dos tipos de bolsas. En Mira + Cueto mencionan primero las de grasa, que «pueden ser constitucionales o causadas por alguna enfermedad (en estos casos es fundamental una valoración médica)». Añade la doctora Jiménez que se producen «tanto porque la grasa aumenta un poco el tamaño, como porque con la edad tenemos una particularidad en el ojo, que es el septo que se va a relajar y va a dejar que esas bolsas protruyan hacia fuera».
El otro tipo de bolsas son aquellas que se producen por hinchazón o edema. Las profesionales de Mira + Cueto consideran que «están causadas por la retención de líquidos en la zona, que puede ocurrir naturalmente por ser una zona con una circulación más débil y lenta y ser agravada por malos hábitos de vida: tabaco, alcohol, dormir poco, mala alimentación, etc». La doctora Jiménez considera también que «actualmente tenemos la presencia de estas bolsas por el uso de ciertos rellenos de ácido hialurónico que bloquean el sistema linfático».
Diferencias entre bolsas y ojeras
En cuanto a sus diferencias, el equipo de profesionales de Clínica Ityos detallan que «mientras que las ojeras llaman la atención por la coloración de la zona de debajo del párpado (marrón o azulada), las bolsas aparecen como pequeños depósitos inflamados y descolgamiento de la piel, debiendo el profesional, tras una adecuada valoración de las causas y características particulares de cada paciente, recomendar el tratamiento que mejor se adapte a sus necesidades».
Tratamientos para ojeras y bolsas
Una vez tenemos la valoración de un profesional, existen distintos tratamientos que actuarán sobre las ojeras y las bolsas. En el caso de las ojeras, considera la doctora Jiménez que «hay un tratamiento para cada una de ellas». En el caso de las ojeras de cansancio, la experta recomienda «la aplicación de frío local intermitente, aplicación de agentes vasoconstrictores y descansar».
En las ojeras con coloración, Jiménez menciona que en el caso de las azuladas «suelen ser ojeras debidas a que la piel es muy fina, por lo tanto, necesitamos aplicarle tratamientos que nos aumenten el grosor de dicha piel y, para eso, tenemos desde la mesoterapia con ácidos hialurónicos no reticulados, el uso de polinucleótidos y el uso de nanofat que quizás es lo más efectivo en este caso».
En la Clínica Ityos recomiendan para las ojeras pigmentadas los « peelings despigmentantes y láser con la finalidad de ir aclarando ese oscurecimiento». Los expertos añaden que «mientras los drenajes linfáticos perioculares y carboxiterapia, resultan útiles para mejorar la circulación sanguínea de las ojeras vasculares». En Mira + Cueto también consideran «el microneedling con tratamientos despigmentantes . De esta manera, la piel recobra y mejora su densidad y el tono de la zona».
En el caso de las ojeras con bolsa de grasa, para la doctora Jiménez el tratamiento más importante es «la extirpación quirúrgica de dichas bolsas, aunque actualmente empieza a haber ciertos tratamientos con la aplicación de láser muy delimitado a la zona donde hay grasa». La doctora advierte que «hay que tener cuidado con dicho láser porque se hace de forma percutánea y realmente no sabemos dónde estamos aplicando el láser y cerca está el ojo, que es un órgano bastante delicado, por lo que hay que cuidarlo mucho».
Por último, encontraríamos las ojeras por envejecimiento, en la que desde la Clínica Ityos recomiendan «el relleno con un ácido hialurónico específico para esa zona». Esto es, como destacan en Mira + Cueto «por falta de soportes y consideran que «aquellas miradas que tengan un surco muy marcado son tratadas con hialurónicos de diferentes densidades para que la piel se apoye en el hueso». También considera la doctora Jiménez «la transferencia de grasa en tres planos distintos».
@carinaibsen
Concluyen en Ityos que «lamentablemente ninguno de estos tratamientos es definitivo, ya que, en estos casos, la causa no se corrige con tratamientos estéticos (exceso de melanina, mal drenaje linfático, pérdida de grasa…), únicamente podemos mejorar sus antiestéticos efectos (coloración oscura, azulada, descolgamiento de piel, hundimiento, etc).
En el caso de las bolsas, la doctora Jiménez destaca que «son tratamientos más definitivos, sobre todo en el párpado inferior». Para la experta «el mejor tratamiento que existen para una bolsa de grasa es la extirpación de dicha bolsa, pero, existen ahora bolsas por retención de líquido debido a los productos inyectables y un sobrerellenado. En estos casos, debemos de aplicar ya la hialuronidasa de una forma muy cuidadosa y muy diluida, para extirpar exclusivamente el relleno y no quitar toda la corrección completa de dicho relleno que se ha puesto».
En Mira + Cueto consideran que, en el caso de las bolsas de grasa, «se necesita una valoración médica y en este caso la solución casi siempre suele ser acudir al cirujano para que se realice una blefaroplastia». En las de retención de líquidos las expertas realizan «un efecto drenante sobre los capilares linfáticos, sanguíneos y el líquido intersticial para reestablecer la elasticidad, prevenir la reaparición de las bolsas, relajamos también los ojos haciendo que descansen y se liberen del peso de las bolsas».
Activos en la rutina
Unido a los tratamientos que se pueden realizar existen también activos que ayudarán a mejorar el aspecto tanto de bolsas como de ojeras. En Clínica Mira + Cueto afirman que «los contornos de ojos suelen estar formulados para tratar tanto las bolsas como las ojeras a la vez», explicando que «son cosméticos multifunción cuyos principios activos actúan en sinergia para que podamos ir mejorando y tratando la zona».
En cuanto a los activos, para las profesionales los mejores son los que contienen « cafeína o ruscus, que son antiinflamatorios; también árnica, que es un protector vascular – gran aliado anti-rojeces». Mencionan también que en el caso de que haya muchas bolsas, «si necesitas una desinflamación exprés, el truco es guardar el contorno de ojos en la nevera. Acelerará el efecto y notarás mucho antes los resultados».
En Ityos recomiendan también «una rutina diaria de aplicación de cremas específicas del contorno de ojos que contengan, entre otros, principios activos despigmentantes o antioxidantes».
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Otras recomendaciones
Existen otras recomendaciones que pueden ayudar a prevenir la aparición de bolsas y ojeras. Las expertas de la Clínica Mira + Cueto recomiendan « dormir un poco más incorporado (con una almohada más) ya que es una manera de favorecer el drenaje linfático de la zona y evitar despertar con bolsas».
En el caso de que nos hayamos despertado con bolsas, las profesionales recomiendan « aplicar una compresa fría durante 5-10 minutos (pueden ser bolsitas de infusión de manzanilla dejadas en el congelador por la noche) y hacer algún masaje drenante, con rollitos para masajear la zona, o mismo con los dedos, aplicando toques muy suaves desde el canto interior hasta el canto externo del ojo».
FUENTE: MujerHoy