Dicen que la mirada es el espejo del alma, pero, también es una de las zonas en las que tenemos una mayor concentración de músculos. Con nuestra mirada y con nuestra frente transmitimos más de lo que pensamos y podemos tener pequeños tics o gestos propios que hagan que el envejecimiento se manifieste de forma prematura.

Es por este motivo, que el uso de medicina estética preventiva es una opción que cada vez está cobrando más popularidad. Y es que, tal y como explican los expertos, de esta manera se previene y se corrige la aparición de arrugas prematuras, antes de que se conviertan en surcos más profundos.

Las expertas Elena Jiménez, cirujana plástica y estética y directora médica en Eleca Clinic, la doctora Lidia Maroñas, dermatóloga y directora médica de Clínica Oneskinmed conocida también por su perfil en redes @oneskinmum y el equipo médico de la Clínica Mira + Cueto explican los beneficios del uso de los neuromoduladores.

Propensión a arrugas en la frente

Hay frentes que tienen tendencia a que aparezcan las arrugas durante la veintena y otras en las que se retrasa este envejecimiento prematuro, por ello, los neuromoduladores son la opción favorita para prevenirlas. La doctora Elena Jiménez considera que «la medicina estética preventiva es algo esencial porque mucha gente considera que es muy joven para ponerse neuromoduladores, cuando la realidad es que esto l o tenemos que hacer para prevenir, tener un envejecimiento de mejor calidad y, que a posteriori, los siguientes tratamientos que vayamos a utilizar van a hacer que todo sea mucho más natural, sin tener que forzar un resultado en un momento determinado».

Considera Lidia Maroñas que, además, «la aparición de arrugas va vinculada a la fuerza muscular, a la expresión y a la dinámica facial. Las personas más expresivas, con mayor fuerza muscular, miopes, pacientes que tienden a fruncir por ejemplo el entrecejo, son más propensas a la aparición de arrugas fijas de forma precoz». Otras pieles que pueden tener tendencia, son en palabras de la doctora, «las pieles deshidratadas, con laxitud cutánea y pérdida de colágeno».

Otras pieles que tienen tendencia a la presencia de arrugas prematuras en la frente, explican desde Mira + Cueto, son aquellas que se exponen «de manera prolongada al sol sin protección, tiene un efecto nocivo en la piel provocando su envejecimiento prematuro». Además, la genética también juega un papel crucial porque, como destacan, «la expresividad (ya que la forma en la que gesticulamos puede definir los patrones de arrugas que presentemos), así como la alimentación, el agua que bebemos y el fumar, son otros de los hábitos que también influyen para que sean determinantes a la hora de aparecer las arrugas».

También tienen tendencia a esa aparición de arrugas en la frente, explica, la doctora Elena Jiménez, son aquellas que «pieles finas o aquellas personas que tienden a tener una cara más fina, con menos componente graso». Esto se detecta porque «vamos a perder parte del volumen graso que hay en la zona de la frente y en la zona de las sienes y vamos a poder observar que el músculo frontal se marca especialmente en la frente, comenzando esas pequeñas arrugas».

En cuanto a la edad en la que comienzan a salir estas arrugas. La doctora Elena Jiménez de Eleca Clinic, considera que « a partir de los 25 vamos a comenzar el proceso de pérdida de volumen en la cara. Más o menos si es una persona que tiene mucha tendencia a la aparición de arrugas en la zona frontal, por gesticulación, porque tengan los componentes grasos de la cara finos o por exceso de exposición al sol». Por estas razones, «a partir de los 30 años ya podemos empezar a ver dichas arrugas. Si, por el contrario, estamos en el otro espectro, una piel más gruesa, una piel más sebácea, poca exposición solar, en este caso pueden aparecer más cerca de los 40».

Detección de arrugas en la frente

Si nos miramos frente al espejo, es evidente que detectaremos esas arrugas al gesticular, pero, ¿cuándo aparecen y cómo identificarlas? Las profesionales de la Clínica Mira + Cueto destacan que «a medida que pasa el tiempo, la capacidad de renovación celular es más lenta, se va perdiendo colágeno y elastina y, por ende, la elasticidad de la piel, empezándose a marcar las líneas de expresión arrugas».

Las expertas prosiguen matizando que «la frente es una de las zonas en las que se suelen tener más líneas de expresión, debido a gestos repetidos que realizamos en el día a día como sonreír, fruncir el ceño o sorprendernos». Lo que ocurre es que «debido a las contracciones musculares por la mínima facial, se nos acaban marcando».

Otro de los motivos por los que se pueden marcar las arrugas, es en palabras del equipo médico de Mira + Cueto, es «la exposición excesiva a los rayos UV (sobre todo sin protección), esa es una de las principales causas de la aparición de arrugas en la frente». Además, añaden que «cuando la exposición a la radiación UV es crónica, puede hacer que la piel pierda elasticidad y se vuelva delgada, aumentando el problema de las líneas de expresión». «El tabaco y una dieta de baja calidad pueden provocar inflamación y estrés oxidativo. Por último, la deshidratación puede acentuar las arrugas cuando la piel se reseca y pierde elasticidad».

Vídeo. Las cirugías estéticas que más se practican España.

En cuanto a los indicios que podemos ver, considera la doctora Lidia Maroñas que el primero «suele ser una línea fina fija en las zonas donde se pliega la piel. Las más típicas son en el entrecejo, las patas de gallo y la frente».

La doctora Elena Jiménez recomienda que realicemos una gesticulación frente al espejo. Si en la misma «comenzamos a ver un número de arrugas horizontales en la zona frontal, tenemos que empezar a valorar si dichas arrugas, cuando nos quedamos en reposo empiezan a marcarse en la piel. Ese es el punto en cual las arrugas dinámicas, propias de una gesticulación, empiezan a dejar su huella cuando no realizamos dicha gesticulación».

En cuanto a sus características, Lidia Maroñas explica que «suelen ser las primeras en aparecer y quedarse fijas ya que el frontal es un músculo con mucha fuerza y dinámica». Añade la doctora Elena Jiménez que son arrugas «horizontales, un reflejo de cómo gesticula nuestro músculo frontal y van a ser muy específicas de cada persona porque van a seguir la distribución del músculo frontal».

La experta destaca que «en algunos pacientes, el músculo frontal se encuentra dividido y podemos encontrar en la zona central una ausencia de arrugas. Otras veces, el músculo frontal, teniendo un componente graso no puede marcarse tanto y en vez de ser muchas arruguitas horizontales, son sólo tres. También hay veces que el músculo frontal se extiende a la altura del cabello y dichas arrugas pueden llegar a la línea del pelo. Las características van mucho en relación con este músculo».

Por último, «también se asocian a cómo es de base nuestra cara. Si tenemos un componente graso alto, nuestras arrugas van a ser en menor calidad, más separadas y marcándose menos. Si, por el contrario, nuestro componente graso es más finito, lógicamente se van a marcar más, en más cantidad, más juntas y durante toda la extensión del músculo frontal».

Tratamientos disponibles para reducir las arrugas en la frente

Todas las expertas coinciden en que los neuromoduladores son uno de los tratamientos estrella para la prevención de las arrugas en la frente. Explica la doctora Lidia Maroñas, dermatóloga y directora médica de Clínica Oneskinmed, que «lo más efectivo para prevenirlas y minimizarlas son tratamientos neuromoduladores que relajen y disminuyan la fuerza muscular de aquellos músculos responsables de la aparición de arrugas». En su caso, recomienda realizar «cuidado de la piel de forma tópica con activos como la vitamina C, inductores de colágeno y renovadores celulares (retinol). Las razones es que «ayudan a mejorar la piel para ralentizar que las arruguitas queden fijas».

Continúa explicando la doctora Jiménez que el uso de neuromoduladores «va a ser preventivo en muchos casos y nos va a ayudar el empezar con sesiones de neuromodulación en el frontal incluso a edades tempranas. Algunos pacientes consideran que son excesivamente tempranas, pero, con ello lo que van a evitar es que el músculo se comience a marcar en la zona de la frente». Otra de las razones por las que es recomendable empezar con los neuromoduladores de manera preventiva es que ayudan «a posicionar la zona de las cejas más elevada o con el ángulo de la ceja más elevado».

La doctora Jiménez detalla que «si ya nos encontramos con unas arrugas, que se acompañan con un exceso de volumen más avanzado en el tiempo y que hemos perdido más volumen, tendremos que asociar en este caso los neuromoduladores a un tratamiento voluminizador». La razón de esto es que «la zona frontal es una zona especial, donde existen fascias de deslizamiento y podemos encontrar zonas en las que los vasos sanguíneos están en muy poca cantidad. En estos casos, la transferencia de grasa no tiene tanto éxito como los rellenos de ácido hialurónico».

Otros tratamientos, consideran desde la Clínica Mira + Cueto son «la radiofrecuencia facial, una aparatología que, por medio de aplicación de ondas electromagnéticas en la piel, potencia la síntesis de colágeno y elastina, mejorando arrugas de expresión y flacidez». También recomiendan tener en cuenta « los peelings, que permiten eliminar las capas más superficiales de la piel para mejorar imperfecciones o atenuar las líneas de expresión. Estos varían en composición e intensidad según las necesidades de cada piel».

@nparledemode

Además, consideran a los neuromoduladores y los r ellenos de ácido hialurónico o fillers, explicando que otro tratamiento interesante para la zona de la frente es «la mesoterapia facial». Esta consiste en la introducción de «sustancias activas en las capas más superficiales de la piel, a través de numerosas y pequeñas inyecciones con el fin de corregir diversas imperfecciones estéticas como las arrugas finas».

Para las profesionales de Mira + Cueto, la rutina en casa también es muy importante y recomiendan activos como «el ácido hialurónico que, al tener la capacidad de retener agua, proporciona a nuestra piel hidratación y rejuvenecimiento». El colágeno porque al ser «la proteína estructural más abundante del cuerpo y cuya función es asegurar la resistencia y la firmeza de la piel, se recomienda cosmética que contenga colágeno o procedimientos que estimulen su producción».

Las expertas no se olvidan del retinol que «es activo antiedad por excelencia, por la acción global que realiza en la piel: atenúa las arrugas y las líneas de expresión, renueva las células, mejora la textura, iguala el tono de piel y mejora su firmeza». Otra recomendación sería el uso de «niacinamida o vitamina B3 porque es un potente antioxidante con propiedades antiinflamatorias y con capacidad para reforzar la barrera cutánea. Ayuda a corregir manchas, marcas, hiperpigmentaciones y el tono desigual de la piel».

Por último, en Mira + Cueto recomiendan la vitamina C, «un potente antioxidante que minimiza las arrugas, mejora el tono, la luminosidad y la textura de la piel».

Valoración de experto

Para este tipo de tratamientos es necesario acudir a un profesional que sepa asesorarnos y valorarnos de manera individual. Es decir, nosotros podemos detectar que tenemos arrugas en la frente, pero, tenemos que ser conscientes de que nuestros músculos están conectados y que, quizás, nuestro médico estético o dermatólogo, considera que debemos de trabajar varios tratamientos o procedimientos en conjunto.

La doctora Elena Jiménez explica que «cuando vamos a trabajar arrugas frontales, tenemos que ver prácticamente la zona del pómulo. Si vamos a trabajar el neuromodulador, podemos trabajar en la zona de la frente, pero si aplicamos un neuromodulador que sea efectivo , las cejas van a tender a bajar un poco». Por esta razón, la profesional prosigue destacando que «para contrarrestar este efecto, tenemos que valorar la zona lateral de los ojos y la zona del pómulo. Incluso la zona centrofacial donde tenemos las arrugas del entrecejo».

La doctora Jiménez también explica que «es muy importante, si tenemos que aplicar volumen y se va a realizar en la zona frontal, valorar también la zona de las sienes, porque parte de las arrugas de la zona frontal o del músculo, por su distribución puede llegarnos hasta la zona del arco ciliar o la zona de la ceja». Por ello, continúa afirmando que, «es importante trabajar frontal, sienes y, por supuesto, tener en cuenta que la sien se apoya en la zona de punto, de modo que ese tercio superior, si vamos a trabajar la zona frontal tiene que valorarse al completo».

Otra cuestión importante, es una vez realizado el proceso, «es que cuando el paciente ve el resultado final con la zona del pómulo, solicita la valoración de otra zona para que toda la cara tenga los volúmenes armonizados. Porque eso llama la atención y la vista y la percepción de los demás se encuentra un poco distorsionada, una zona muestra un proceso de envejecimiento y la otra zona está más avanzada, por lo que no están acordes es una cara».

Mantenimiento de neuromoduladores en la frente

Los neuromoduladores y cualquier tratamiento necesitan de un mantenimiento. La doctora Lidia Maroñas recomienda «acompañar todas estas pautas son unos buenos hábitos de vida y una correcta relación con la exposición solar es fundamental para conseguir una buena salud de piel a largo plazo».

Algo en lo que coincide el equipo médico de Mira + Cueto considerando «mantener nuestra piel bien hidratada (cosmética y cabina), tanto de piel, como de cuello y escote. Utilizar FPS50+ diariamente, sobre todo media hora antes de la exposición al sol. Elegirla con detenimiento, que sea protección de amplio espectro (UVA, UVB, luz azul). Asegurándonos de aplicar la crema solar con regularidad y especialmente si vamos a pasar largos periodos al aire libre».

Por último, en Mira + Cueto destacan que «en caso de tener varios de los factores predisponentes a arrugas prematuras, el mezclar procedimientos en cabina, con los médicos y la cosmética utilizada en casa, potenciaremos su efecto tanto de tratar como prevenir las arrugas».

El mantenimiento del neuromodulador explica la doctora Elena Jiménez que «se corresponde con el mantenimiento habitual cuando lo aplicamos y mínimo realizarlo cada seis meses. El neuromodulador va a tener un resultado muy estable durante 16 semanas y a partir de ese punto, en el tercer mes y medio, cuarto mes ya se recupera la movilidad del rostro». Añade la doctora que «hay pacientes en las que habrá que aplicar el neuromodulador cada cuatro meses y en otras se puede subir incluso a seis meses. En el caso de que haya que apoyarse en rellenos, se pueden realizar exclusivamente una vez al año, que es el mantenimiento habitual».

La doctora concluye que «para hacer una medicina estética preventiva, paulatina y acorde al envejecimiento que se va produciendo, sin generar cambios bruscos que puedan llamar la atención del entorno y la propia, dando una imagen imprecisa y sin periodo de adaptación.

Por supuesto, todo acompañado de un movimiento natural y una expresión facial natural dentro de un proceso preventivo de medicina estética».

FUENTE: MujerHoy