Investigación para eliminar la pandemia del cáncer

Recientemente se han conocido las estimaciones de la Comisión Europea– Centro Común de Investigación de Ispra, que alertan de un crecimiento del 21,4% para los nuevos casos de cáncer en la UE, alcanzando los 3,4 millones en 2040. Asimismo, también se puede prever que en 2030 el cáncer se convertirá en la principal causa de muerte en el mundo.

El cáncer es, por tanto, la gran pandemia a la que nos enfrentamos, que debemos combatir desplegando de forma férrea nuestros recursos. El mejor aliado para ello, si queremos progresar y, en un futuro acabar con él, es la investigación. Consciente de esta realidad, El Parlamento Europeo ha situado al cáncer como una prioridad. Asimismo, se ha desarrollado el Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer, que ha colocado a la investigación e innovación tecnológica al servicio de los cuidados del cáncer.

Gracias a la investigación, en los últimos veinte años, hemos conseguido incrementar la supervivencia en cáncer en un 20%. Antes de la pandemia por COVID-19, se había elevado la capacidad de inversión en investigación oncológica de una forma importante. Esto nos estaba dando resultados prometedores, que apostaban por conseguir un control del 70-75% de la supervivencia en los próximos años. Desde la Fundación ECO estamos convencidos de que, si conseguimos retomar ese ritmo, estas cifras de supervivencia serán viables y alcanzables.

Si bien es cierto que hemos conseguido reducir la mortalidad, aún tenemos por delante el reto de frenar el aumento de la incidencia del cáncer. Y, para ello, la inversión en investigación es clave, un elemento imprescindible. Necesitamos invertir más en investigación para estar preparados y conseguir mejores resultados, pues también conlleva una mejora en la precisión de los diagnósticos y en la detección precoz.

En otras palabras, las autoridades competentes deben buscar y proponer nuevas fórmulas de financiación para la investigación, apostando por una inversión nacional —público y privada— que favorezca la participación de la filantropía y el mecenazgo, pues la principal debilidad de nuestro modelo radica en los fondos que se destinan a la investigación. Necesitamos alternativas para conseguir más fondos. Sin recursos —humanos y materiales— la investigación no puede funcionar.

Pero si la inversión es importante, no lo es menos una correcta identificación de los puntos y del contexto del marco sanitario que necesitamos impulsar, para que la investigación se haga al lado del paciente, donde el know-how combinado de los sectores académico, investigación e industria fluya sin cortapisas y aprovechando sinergias, de modo que llegue cuanto antes a los pacientes que lo necesitan. No podemos olvidar que los pacientes son el leitmotiv de la lucha contra la pandemia del cáncer.

En España, tenemos que hacer nuestro el Plan Europeo que está en marcha, pero urge hacerlo ya. Tenemos por delante el reto de dotar a nuestros grupos estables de investigación de la competitividad necesaria para participar en proyectos europeos, creando también consorcios entre nosotros y grupos europeos de investigación, para alcanzar una investigación global a nivel europeo. Todo debe pivotar en torno a la idea de cooperación. Miremos hacia Europa.

En el Día Internacional de la Investigación contra el Cáncer, considero necesario insistir en la idea de que la investigación es el motor para conseguir que el cáncer sea una enfermedad prevenible, curable o cronificable. Y, por tanto, la misión del cáncer es investigar en prevención, investigar en diagnóstico, investigar en tratamiento e investigar en calidad de vida y supervivencia. Con la investigación tenemos el futuro asegurado.

Dr. Rafael López-Presidente de la Fundación para la Excelencia y la Calidad de la Oncología (ECO)

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Fuente: ABC