Las células del corazón tienen su propio ritmo circadiano

Los científicos han demostrado por primera vez que las células del corazón regulan sus ritmos circadianos a través de cambios diarios en los niveles de iones de sodio y potasio dentro de la célula.

Se sabe que los diferentes niveles de iones de sodio y potasio dentro y fuera de las células del corazón permiten el impulso eléctrico que provoca su contracción e impulsa los latidos del corazón.

Se pensaba que las concentraciones de iones celulares eran bastante constantes, pero los científicos ahora han descubierto quelas células del corazón alteran sus niveles internos de sodio y potasio durante el día y la noche. Esto anticipa las demandas diarias de nuestra vida, lo que permite que el corazón se adapte mejor y mantenga el aumento de la frecuencia cardíaca cuando estamos activos.

Ya se sabe que hay relojes diarios en las células del corazón y otros tejidos; normalmente sincronizados por señales hormonales que alinean nuestros ritmos diarios internos con el ciclo día / noche.

Los ritmos diarios de la función cardíaca se conocen desde hace años y se cree que se deben a una mayor estimulación del sistema nervioso durante el día. Este

Ahora, este nuevo estudio muestra que los ritmos circadianos dentro de cada célula cardíaca también pueden afectar la frecuencia cardíaca.

El equipo, dirigido por científicos del Laboratorio MRC de Biología Molecular en Cambridge, Reino Unido, dice que comprender cómo estos cambios en los niveles de iones alteran la función cardíaca durante el día puede ayudar a explicar por qué los trabajadores por turnos son más vulnerables a los problemas cardíacos. – porque los ritmos iónicos impulsados por los relojes del corazón se «desincronizan» con la estimulación de los relojes del cerebro. Esta nueva comprensión podría conducir a mejores tratamientos y medidas preventivas para combatir las afecciones cardíacas.

El estudio, publicado en la revista «Nature Communications», encontró que estos ritmos diarios en sodio y potasio ocurren para permitir cambios en las proteínas celulares, con iones literalmente bombeados para «hacer espacio» para aumentos diarios en el nivel de proteínas.

Si bien este trabajo se realizó utilizando células y ratones en el laboratorio, sus hallazgos están respaldados por un estudio vinculado reciente realizado por colaboradores, dirigido por el profesor David Bechtold de la Universidad de Manchester.

Su estudio demostró que los ritmos circadianos en la frecuencia cardíaca y la actividad eléctrica son claramente evidentes tanto en ratones como en humanos, y que los cambios abruptos en la rutina de comportamiento o los patrones de sueño pueden alterar estos ritmos cardíacos normales.

John O'Neill añade que «muchos problemas cardíacos que amenazan la vida ocurren en momentos específicos del día y con más frecuencia en los trabajadores por turnos. Creemos que cuando los relojes circadianos del corazón se desincronizan de los del cerebro, como ocurre durante el trabajo por turnos, nuestro sistema cardiovascular puede ser menos capaz de lidiar con el estrés diario de la vida laboral. Esto probablemente hace que el corazón sea más vulnerable a la disfunción».

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Fuente: ABC