La tecnología llegó para quedarse y cada vez está más inmersa en la sociedad. Debido a esto, es muy común que en la actualidad los niños comiencen a interactuar con los smartphones y las tablets desde muy temprana edad.
Sin embargo, en la red se puede encontrar mucha información sensible que el niño no sabe gestionar a su corta edad. Por esa razón, es fundamental poner límites para que comiencen a usarla en las etapas adecuadas y la experiencia sea beneficiosa.
Un mal uso de la tecnología puede causar problemas en el desarrollo de los niños. Pues, si solo se usa este recurso, llegan a perder el interés por explorar el entorno, no fortalecen con la misma constancia las habilidades motrices y se vuelven sedentarios.
Además, se desligan de la necesidad de relacionarse con las demás personas, vivir nuevas experiencias y descubrir emociones. De esa manera, les cuesta construir lazos afectivos y en el futuro pueden ser solitarios.
En vista de ello, se creó una regla que le permite a los padres regular de la mejor manera el uso de la tecnología y los expertos la recomiendan. A continuación mencionamos todas las generalidades de esta técnica.
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La regla del 3-6-9-12
El método fue impulsado desde 2008 por Serge Tisseron, un psicoanalista francés que a lo largo de su carrera ha analizado de cerca los efectos de la tecnología. Con este expone cuál es el recorrido más eficaz para que los niños se vayan familiarizando con las pantallas digitales.
A causa de ello, en la regla del 3-6-9-12 se establecen 4 edades en las cuales se pueden ir incorporando los avances pertinentes.
Hasta cumplir 3 años
El especialista plantea que durante los primeros 3 años los niños deben tener un contacto nulo con la televisión. Esto debido a que el estado de quietud no permite que el cerebro tenga los estímulos necesarios para desarrollarse a un buen ritmo.
Las consecuencias pueden ser que el niño ralentice el lenguaje y la capacidad para memorizar. Pues, deja de vivir experiencias que le permiten comenzar a entender su entorno.
Además, el autor afirma que el estado de quietud puede causar problemas de obesidad desde la infancia. Por esa razón, indica que lo que corresponde hacer en esta etapa es incentivar los juegos manuales para fomentar la creatividad y el buen desarrollo motriz.
Hasta cumplir 6 años
Serge puntualiza que hasta llegar a esta edad los niños no deben tener interacción con los videojuegos. Esto ya que el autocontrol no se ha terminado de potenciar y las consolas les causan una adicción que los domina.
A causa de ello, se pueden negar a realizar otras actividades, ponerle atención a los recursos educativos e incluso interactuar con las otras personas. Así, lo que corresponde hacer es seguir incentivando la diversión manual para mejorar las capacidades cognitivas y sociales.
Hasta cumplir los 9 años
Internet es un recurso útil para realizar tareas, encontrar nuevos aprendizajes y estimular la curiosidad. Sin embargo, antes de los 9 años lo más aconsejable es que un niño no esté inmerso en ese mundo porque puede encontrar contenidos nocivos para él.
Al cumplir 9 años, los padres pueden acompañar a los hijos mientras usan el computador y colocar controles parentales para que la navegación sea segura. Asimismo, es la edad adecuada para enseñarle que en internet hay que actuar con cuidado porque la información siempre queda siendo pública y hay algunas páginas con información falsa.
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Hasta cumplir 12 años
A los 12 años los niños han adquirido aprendizajes que le permiten usar el computador de una manera más autónoma. No obstante, es fundamental que los padres establezcan reglas, horarios de uso y en algunas ocasiones revisen qué contenidos se están explorando.
Por otra parte, el comienzo de la autonomía puede llevar a que los niños pidan un smartphone propio. Sin embargo, a esta edad todavía no están capacitados para navegar durante gran parte del día ni para crear redes sociales en las que puedan encontrar a extraños.
Consideraciones finales de la importancia de la regla 3-6-9-12
La conectividad no puede ser una excusa para que los niños interactúen con la tecnología sin ningún control. Es fundamental que los padres acompañen el proceso para potenciar todas las habilidades, evitar problemas de conducta y fomentar una manipulación digital segura.
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